Giacomo Puccini - "Madama Buterfly": Un bel dì vedremo - Callas
Há quem pense que estar doente é o sal da vida: não é preciso trabalhar, por baixa não prolongada, as entradas salariais não diminuem, as queixas de não se estar bem elevam a piedade dos outros, até ao dia em que, por ser prolongada, a piedade acaba dando lugar ao cansaço e é-se enterradoem vida. Fica-sesó e sem albergue, sem pessoa que acuda, separado dos outros porque a perturbação mental ou corporal, não lhes é agradável, apesar de se querer ter amigos que acompanhem e aprendam a andar a passo lento, esse que a doença permite. A vida segue o seu curso, as pessoas passeiam e fica-se em casa à espera, à espera da mão que nos resgate da solidão das solidões: de se ser um ser à parte e ser uma perturbação para os outros.
Enfermidades há muitas, todas passíveis de cura. Excepto a que leva à morte. Doenças de que se foge mais rápido pelo silêncio que acorda em nós o ser humanos que, em certo dia, acabará por não estar connosco. É mais simples habituar-se à distância antes de esta ser eterna. Eis o motivo que leva todo o ser humano a entrar calado e a sair mudo da presença do doente: não se sabe o que dizer, foge-se dos sentimentos e da companhia do próximo cadáver. Está-se tão habituado à sua presença, que é melhor se habituar-se a essa eterna distância antes que a materialidade da vida faça realidade o que se teme.
Não falo de forma simples. Falo, por precisar. Ainda hoje, tive um diagnóstico que me espantara. Pensava eu, estar curado das minhas doenças, e acaba por não ser assim. É a desilusão das ilusões. Volta tudo à fase inicial: começar a preparação do corpo para o dia anunciado, dias intermináveis que desejamos passem depressa, devido à nossa imobilidade em relação aos passeios e divertimento com os outros. Inventamos ritos e dizemos que estamos sempre bem, apenas muito ocupados com os nossos trabalhos.
O amor acaba. Era divertido guiar, namorar, seduzir e sermos acarinhados.
Interrogo-me, melhoria para quê? Quem já foi enterrado em vida, falta-lhe apenas ser sepultado para a eternidade.
Sim senhor, sim senhor! Estou farto dos interesses de desconhecidos, e do abandono ao mais mínimo pretexto a que somos condenados, e tempos de cólera raiva e não dessa raiva de bactérias que nos mata minuto a minuto.
Sim senhor, viver para a solidão, apenas os nobres da Cartuja de Parma essa narrativa de Standhal. Stendhal foi editado pela: Globo Editora , na categoria Literatura Estrangeira / Romance.
A Cartuxa de Parma é considerado um dos maiores romances do escritor francês Stendhal. Narra as aventuras amorosas vividas pelo protagonista na Itália da era napoleónica. O livro é uma apologia da liberdade de espírito e da leveza, do ímpeto e da energia individuais, que Stendhal identifica na ensolarada Itália. O romance é considerado por muitos críticos literários como um romance análogo ao O Príncipe de Maquiavel (Século XVI), mas retratando a Itália do século XIX. A criação de A Cartuxa de Parma foi, em muito, inspirada em leituras de documentos sobre famílias antigas da Itália, como a família Farnese, que Stendhal teve acesso em suas inúmeras passagens pela Itália, como cônsul. O Romance tem como protagonista Fabrício Del Dongo, um jovem aventureiro, de família nobre e de poucas ambições. Assim como Julien Sorel, protagonista de O Vermelho e o Negro, Fabrício é admirador de Napoleão e essa admiração constitui um dos aspectos sócio - históricos apresentados na obra, pois mostra uma Itália que sofre as consequências sociais da restauração da monarquia em territórios que pertenceram anteriormente ao Império Napoleônico, como os territórios do Piemonte. È a corrida de amores de Fabrizio, o que faz dele um homem solitário, porém doente.
Penso que é tudo. A doença, é a morte em vida.
Excepto acrescentar que Henri-Marie Beyle, mais conhecido como Stendhal (Grenoble, 23 de Janeiro de 1783 - Paris, 23 de Março de 1842) foi um escritor francês reputado pela fineza na análise dos sentimentos das suas personagens e pelo seu estilo deliberadamente seco.
Doente, porém….
MEMÓRIAS DE PADRES INTERESADOS - ENSAIO DE ETNOPSICOLOGIA DE LA INFANCIA
(Continuação)
Nada de esto pasaba con nuestras hijas. Eran ideas de Eugenia, siempre la Reina, y Camila, su esclava. Esta relación, que era apenas una representación, le hacía mal a Camila. Gloria y yo nada dimos, cada una estaba en su derecho, pero aplaudíamos de forma igual a la creadora y a su fiel seguidora que, muchas veces, se dormía esperando entrar o en ballet de Scherezade del compositor ruso Nicolai Rimsky-Korsakov[154], esa música aprendida de nosotros por tanto oírla, Gloria adoraba esa música y fue ella que la instiló en la mente de nuestras hijas. Cuando Camila se dormía, ¡válgame Dios si alguien la despertara! La rabia duraba días. Ya adulta, Camila era siempre le última en despertar. Adoraba acostarse muy tarde y dormir toda la mañana, cuando era posible. Parque en la Universidad de Sussex, donde estudió, debía estar muy temprano en clase, como en París, en La Sorbonne, Universidad que debía asistir para completar su curso de Ecología de cuatro años. Ir a París a estudiar, era parte de la formación de una investigadora que debe andar siempre en otros sitios para salvar especies de árboles en extinción, como ya he narrado antes.
Camila siempre tuvo un trato especial. Por causa de mal entendido entre su madre y yo, tuve un día, que salir de casa, para que las niñas no sufrieran lo que nosotros sufríamos. éramos muy adultos para colocar es fardo tan pesado en las emociones de nuestras hijas. Fue necesario que yo saliera de casa y Gloria comenzara a trabajar como Arquitecta de Interiores en una Empresa fuera de la ciudad de Cambridge. Las famosas enfermedades de Camila comenzaron a desaparecer. Sin embargo, cuando estaba realmente enferma, era ella que quedaba en casa y recibía al médico que su madre llamara para atenderla. Ese tratamiento especial, se lo ganó sola. Fue una hija especial, sea porque se cuidaba sola, o porque para entretenerse leía dos libros al mismo tiempo.
Nunca olvido esos días que pasaban conmigo en Portugal: Camila ni veía el campo de la aldea de São Joao do Monte, que yo estudiaba en las partes altas de Portugal: estaba siempre con sus dos libros a leer, leer, leer[155]. Siempre nos acompañaba mi amiga del alma, mi colega en la docencia, que estaba en mi grupo de investigación Maria José Beca Maranhão[156]No dejaba de reír y de tentar presentarla a los vecinos de la aldea, esa amiga casada sin hijos, que prácticamente adoptara a las nuestras como hijas suyas. Vivíamos en la Villa de Nelas[157], en una casa antigua arrendada por mí, y Maria José, en casa de amigos enfrente de la nuestra, la casa del Barón de Nelas, los Pais de Brito[158]. En cuanto ella usufructuaba de la riqueza de los Barones, yo sufría la pobreza de mi vecino y amigo, el Duque de Bragança[159], candidato a la corona de Portugal, si la República pudiese fallar, como en Francia Durante el Siglo XIX.
Familia real, con sus bienes, que eran muchos, todos confiscados y pasados a la categoría de patrimonio nacional. Ese Duque, Príncipe de la Beira, antes de casar y al tener un hijo pasa a ese hijo, como es el caso hoy, como he narrado en estas páginas título que se da al sucesor del Rey o Príncipe de la Corona, equivalente al título de Príncipe de Gales de la Monarquía Británica. La de Portugal, la Monarquía cayó al ser asesinado el Rey Carlos de Bragança[160] y su heredero, el Príncipe de la Corona Luís Filipe,[161] en 1908 como se dice Felipe en portugués, e instaurada la República de Portugal el 5 de Octubre de 1910[162], confiscando bienes de nobles y retirando tírulos. Nuestras hijas, habituadas en Cambridge a andar con príncipes y condes, no se interesaban en esta aristocracia rural y trataban a todos por el nombre y los obligaban a hablar en inglés, lo que ellos no sabían y respondían en francés. Así comenzó mi vida de políglota y traductor.
Hasta que nuestras hijas, de tanto venir a Portugal y, más tarde, Camila, a las Islas de Brasil, como está narrado antes, Cairu, una isla del archipiélago con el mismo nombre, enfrente de la ciudad de San Salvador da Bahía, como ya he dicho en el primer Capítulo de este libro. Allí pasó un mes completo, sin teléfono y sin la, hoy necesaria caja electrónica que se llama Internet[163], porque une y comunica a todo el globo terrestre con correo e información. En Cairu plantaron cien árboles para hacer violines y, ese teatro aprendido con Eugenia en sus historias representada después de comer -en Gran Bretaña se cena muy temprano, a las seis de la tarde, para que la familia tenga un tiempo para ella, para crear vida doméstica, para unir a las personas que tienen lazos de sangre y que crecen juntos porque los británicos estiman que sin esa domesticidad, es imposible ser feliz y trabajar con rendimiento, también porque en las Islas Británicas se piensa que la mejor educación está en la casa, por eso se investiga mucho en todo tipo de vida doméstica y cada casa tiene una Visitante Social que ayuda a los matrimonios jóvenes a cuidar a sus hijos y cuidan que no haya desavenencias entre los papás y entre éstos y sus hijos. Nosotros tuvimos una, especialmente porque éramos extranjeros y su deber era que entendiéramos como era la vida en Gran Bretaña, pero al encontrarse con nosotros, una familia cuidadosa y bien estructurada y con muy buena información para criar hijos y ser pareja, Julia Napier, el nombre de nuestra Asistente, pasó a ser nuestra amiga de casa e integró el Comité de Chilenos Refugiados. Ella presidió el Comité durante varios años. Entretanto, Camila, ya en la Universidad, aplicó su saber teatral doméstico y el aprendido en su Facultad de Ciencias de Ecología, en Sussex, para montar sus propias piezas que ensayaba con los habitantes jóvenes de Cairu.
La infancia se reproduce en la vida adulta, con excelentes resultado, si la infancia no es herida emocionalmente por los adultos, por transferir sus problemas a los hijos. Fue en el período de tristeza de mi mujer por haber perdido dos hijos antes de nacer, que fue necesario separar un tiempo a la familia, ella ir a trabajar a otra ciudad y yo hacer el papel de mamá y papá al mismo tiempo, por un corto período de nuestra historia familiar. Creo que aprendimos mucho de los pocos amigos, adultos responsables de su casa y de sus hijos, especialmente de Leonardo Castillo y su querida mujer Patricia Burns. Ellos me ayudaran mucho al cuidado de nuestras hijas, y, más tarde, a su madre, mi mujer, cuando fue necesario salir de casa para reponer su estabilidad. Estoy seguro de que mi comportamiento muy dedicado a la vida académica y muy machista, contribuyó para esta separación, siempre estimada breve y por un tiempo. Nunca ha existido una separación real, ni hemos estado realmente lejos los padres, Gloria y yo, porque nuestras hijas primero, y nuestros nietos después nos han unido mucho. Es verdad que ha existido una serie de perturbaciones y malos entendidos, porque es tradicional en Chile pensar los hombres machistas como yo, tienen siempre amantes con las cuáles, a diestra y siniestra, traicionan a sus mujeres. ¡Bueno! En mi caso, por ser encontrado muy atrayente- en Portugal una colega me dijo un día en la Universidad que yo era el hombre más requistado de la Universidad, es decir, perseguido o buscado por las mujeres.
Es evidente, era joven, sabía como comportarme sin seducir, era de Alta Patente Académica, Doctor de la Universidad de Cambridge y otras tonterías que parecían importantes a muchos. En Cambridge, mi familia, hasta el día de hoy, me ha adjudicado una serie de amantes, que si esas señoras lo supieran, no lo iban a poder creer... Aún si yo estuviera enamorado de ellas, serían amores imposibles, eran y son Catedráticas con maridos e hijos, algunas hoy en día han sido elevadas por la Reina de Inglaterra al rango de Pares, que para los hombres es Lord o Sir, y para las mujeres es Dame, todos ellos son creados Barones o Baronesas en cuanto estén vivos.
De um grande amigo meu, a quem enviei um texto de Mark Twain, recebi este mail:
A propósito do Criador, das doenças e da ciência: circula nos meios noticiosos que vai ser beatificado (ou santificado? pouco importa) João Paulo II, com base na cura de uma freira que, com a "cunha" do papa, conseguiu d'Ele a cura da doença de Parkinson (ou alzheimer - era a mesma doença de que padecia o papa).
É nestas alturas que dá sempre jeito termos por perto os homens da ciência, para ajudarem a refletir os "rescapé" da Arca. A criatura tinha a doença devidamente diagnosticada. Será que os especialistas confundiram uma daquelas doenças arrasadoras com uma benigna doença nervosa, que qualquer abanão psicológico pode, numa noite, fazer desaparecer sem deixar rasto? Tratando-se doença séria, comprovada pela ciência (ou também não devemos dar grande crédito aos especialistas?), como de explica que a senhora nos apareça agora sem qualquer rasto da terrível doença? Tudo manipulado? Não será demasiada gente (aparentemente séria) a ser manipulada? A alguns dá para reflectir; a outros para rir. Certo é que o Criador deu uma cabeça a todos. Como cada um a usa, é isso mesmo, depende de cada um.
Eu respondi:
A mim dá-me para rir, obviamente! A medicina não é propriamente matemática, e tem coisas, por vezes, difíceis de explicar, não obrigando, contudo, a explicações anedóticas, sem ofensa para quem as aceita, que fazem rir.
Claro que o mais provável é que não fosse Doença de Parkinson, propriamente dita, comprovada, com substrato estrutural indiscutível, a qual é uma doença degenerativa, muito dificilmente reversível. Cada caso é um caso particular, como aliás acontece com todas as doenças. Por isso se diz que não há doenças, há doentes.
Mas a sintomatologia parkinsónica pode ser causada e mimetizada por outras doenças, nomeadamente por toxinas, doenças metabólicas ou outras condições neurológicas, as quais, se desaparecerem fazem desaparecer o parkinsonismo. Além disso, há parkinsonismos atípicos, que podem resultar de iatrogenia, isto é, de efeitos colaterais de medicamentos, por exemplo neurolépticos e antipsicóticos, como as fenotiazinas, os tioxantenos, as butirofenonas, as piperazinas e os próprios antidepressivos, não falando dos efeitos, ainda que muitas vezes não descritos, de outras drogas. Desaparecendo a causa desaparece a doença, e pode acontecer da noite para o dia. Há parkinsonismos, como há muitas outras doenças, a que chamamos idiopáticas, isto é, não têm uma causa aparente nem detectável pelos métodos disponíveis.
Daí a pôr João Paulo II como curandeiro, vai uma distância intransponível para milhões de cabeças. E muito mais intransponível se os méritos curadores advierem de uma santidade que faz rir muitos mais milhões de cabeças que conhecem bem os meandros dos crimes do vaticano e não só, em que a sua conivência, colaboração e aval, estão mais próximos do reino do pecado do que da esfera da santidade. Valha-nos deus!
por Mark Twain
Noé e a sua família foram salvos — se é que se pode chamar a isso uma vantagem. Pus o se aí no meio pela razão de que nunca houve uma pessoa inteligente com sessenta anos de idade que aquiescesse a viver novamente a sua vida. A sua ou a de outra pessoa.
A família foi salva, sim, mas não estava cómoda, pois estavam todos cheios de micróbios. Cheios até às orelhas; gordos deles; obesos deles; distendidos como balões. Era um estado desagradável, mas não podia ser evitado, já que era preciso salvar micróbios suficientes para abastecer as futuras raças do homem com doenças desoladoras, e não havia senão oito pessoas a bordo para servirem de hotéis para eles. Os micróbios eram de longe a parte mais importante da carga da Arca, e a parte em relação à qual o Criador se sentia mais ansioso e com a qual estava mais enfeitiçado. Tinham de ter boa alimentação e quartos agradáveis.
Havia germes tifóides, e germes da cólera, e germes da hidrofobia, e germes do trismo, e germes da consumpção, e germes da peste negra, e algumas centenas de outros aristocratas, criações especialmente preciosas, áureas portadoras do amor de Deus pelo homem, bem-aventuradas dádivas do enfeitiçado para os Seus filhos — e todos eles tinham de ser sumptuosamente alojados e ricamente recebidos. Estavam instalados nos locais de melhor qualidade que os interiores da Família podiam fornecer: nos pulmões, no coração, no cérebro, nos rins, no sangue, nas tripas. Sobretudo nas tripas. O grande intestino era o ponto de reunião favorito. Era aí que se juntavam, aos milhares de milhões, e que trabalhavam e se alimentavam, e se enroscavam, e cantavam hinos de louvor e acção de graças — e à noite, quando tudo ficava silencioso, podia ouvir-se o seu suave murmúrio. O intestino grosso era efectivamente o seu céu. Atulharam-no por completo — fizeram com que ficasse rígido como o anel de um tubo de gás. Sentiam orgulho nisto. O seu principal hino fazia-lhe uma contentada referência:
Prisão de ventre, oh, prisão de ventre
O som rejubilante proclamará
Até que a mais remota entranha do homem
Louve o nome do seu Criador.
Os incómodos proporcionados pela Arca eram muitos e variados. A Família tinha de viver mesmo na presença dos múltiplos animais e respirar o tormentoso fedor que eles faziam, e ser emouquecida dia e noite pelo estrépito trovejante que os seus rugidos e guinchos produziam — e, a juntar a estes intoleráveis incómodos, era um sítio especialmente penoso para as senhoras, que não podiam olhar em nenhuma direcção sem verem uns quantos milhares de criaturas envolvidas em tarefas de multiplicação e satisfação. E depois havia as moscas. A praga voava para todo o lado e perseguia a Família o dia inteiro. Eram os primeiros animais a levantar-se, de manhã, e os últimos a deitar-se, à noite. Mas não podiam ser mortos, não podiam ser feridos, eram sagrados, a sua origem era divina, eram os animais de estimação especiais do Criador, os seus mais-que-tudo.
Em breve, as outras criaturas começaram a ser distribuídas aqui e ali sobre a Terra, dispersas: os tigres foram para a índia, os leões e os elefantes para o deserto vacante e os lugares secretos da selva, as aves para as ilimitadas regiões de espaço vazio, os insectos para um ou para outro clima, consoante a natureza e as necessidades —, mas a mosca? Ela não tem nacionalidade - todos os climas são a sua casa, todo o globo é a sua província, todas as criaturas que respiram são a sua presa, e para todas elas ela é um flagelo e um inferno.
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